Alfa Crucis: con este nombre podemos referirnos a dos estrellas de constelaciones diferentes, una en cada uno de los dos hemisferios celestes. Nos referimos a α Cygni (Deneb) y a α Crucis (Ácrux).
Según la mitología, un amigo del semidiós Faetón ó Faetonte, hijo de Helios y de Clímene, lloró su muerte al conducir el fabuloso carro de fuego. Faetón se jactaba de sus orígenes divinos y uno de sus compañeros le retó a que lo demostrara, con lo cual Faetón acudió a su padre Helios para que le ayudara. El joven pidió que le dejara conducir el carro de fuego, y Helios no tuvo más remedio que acceder a pesar de sus temores. Pero no conociendo a los caballos, lo hizo tan torpemente que, acercándose demasiado a la Tierra, la abrasaba, por lo que Zeus, espantado del desastre fulminó a Faetón con su rayo cayendo al río Erídano. Como consuelo, el amigo fue colocado en los cielos como un cisne. Para otros, es el cisne en que se transformó Zeus para seducir a Leda. Para aquellos que estén familiarizados con las configuraciones estelares del Hemisferio Norte, conocen bien el dibujo que, en forma de cruz latina y en la zona en donde la Vía Láctea se separa en dos ramas, forman las estrellas del Cisne. Esta constelación en algunos países es conocida como la «Cruz del Cisne» o «del Norte», y en realidad su figura parece ser más acorde con estos nombres que la de la pequeña y brillante Cruz del Sur (Crux Australis), cuyas estrellas parecen más bien formar un rombo que una cruz.
Deneb (α Cygni) es un nombre que parece es derivado del árabe Deneb-al-Dagiagiah («la cola de gallina»). El nombre parece un poco irreverente para una estrella supergigante, de color blanco muy puro, que ocupa el lugar 19º de las estrellas más brillantes del cielo. Su tipo espectral es A2, su luminosidad es unas 57.000 veces la del Sol, y su temperatura superficial es de 9.500 K. Su distancia estimada es de unos 1.500 años luz. Es una variable pulsante que sufre pulsaciones no radiales, con una amplitud en brillo de aproximadamente 0’1 magnitudes, dando origen a unas curvas de luz muy irregulares. Su diámetro aparente es de 0.0022 segundos de arco, que a la distancia que se encuentra equivale a unos 145 millones de kilómetros. Deneb se transformará en una supergigante roja debido a la rapidez con que consume su propia masa.